‘Puntos suspensivos’, Joaquín Sabina
18 DE ENERO DE 2009
Aquella vez el más poeta que cantante Joaquín Sabina dijo: “La poesía huye, a veces, de los libros para anidar extramuros en la calle, en el silencio, en los sueños, en la piel, en los escombros, incluso en la basura”. Nadie mejor que él, pues, para demostrar que un soneto bien rimado (y recién sacado de los bajos fondos de una ciudad cualquiera, pongamos que hablo de Madrid), vale más que mil imágenes:
Lo peor del amor, cuando termina,
son las habitaciones ventiladas,
el solo de pijamas con sordina,
la adrenalina en camas separadas.
Lo malo del después son los despojos
que embalsaman los pájaros del sueño,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole ni dueño.
Lo más ingrato es encalar la casa,
Besos
Natuka
remendar las virtudes veniales,
condenar a galeras los archivos.
Lo atroz de la pasión es cuando pasa,
cuando, al punto final de los finales,
no le siguen dos puntos suspensivos…
El magistral manejo de los símbolos de este soneto (extraído del poemario “Ciento Volando de Catorce”) evoca imágenes de lo más certeras en lo que al desamor se refiere: “La adrenalina en camas separadas”, o esos “teléfonos que hablan con los ojos” demuestran la inquietud y el vacío de una ruptura que al autor se le antoja eterna.
Natuka Navarro
HolaPedro¡Que bien te leo!. disrutando un ratito de tu preciosa inspiración… SIGUE CON TU LABOR
BESOS
NATUKA
Natuka Navarro
‘Puntos suspensivos’, Joaquín Sabina
18 DE ENERO DE 2009
Aquella vez el más poeta que cantante Joaquín Sabina dijo: “La poesía huye, a veces, de los libros para anidar extramuros en la calle, en el silencio, en los sueños, en la piel, en los escombros, incluso en la basura”. Nadie mejor que él, pues, para demostrar que un soneto bien rimado (y recién sacado de los bajos fondos de una ciudad cualquiera, pongamos que hablo de Madrid), vale más que mil imágenes:
Lo peor del amor, cuando termina,
son las habitaciones ventiladas,
el solo de pijamas con sordina,
la adrenalina en camas separadas.
Lo malo del después son los despojos
que embalsaman los pájaros del sueño,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole ni dueño.
Lo más ingrato es encalar la casa,
Besos
Natuka
remendar las virtudes veniales,
condenar a galeras los archivos.
Lo atroz de la pasión es cuando pasa,
cuando, al punto final de los finales,
no le siguen dos puntos suspensivos…
El magistral manejo de los símbolos de este soneto (extraído del poemario “Ciento Volando de Catorce”) evoca imágenes de lo más certeras en lo que al desamor se refiere: “La adrenalina en camas separadas”, o esos “teléfonos que hablan con los ojos” demuestran la inquietud y el vacío de una ruptura que al autor se le antoja eterna.
Seleccionado y comentado por Daniel Díaz