Una rosa

Sofia Pérez 1 abril, 2022 Poesía 1

El abuelo plantó una rosa en el jardín
Ninguna otra flor era digna de crecer allí.
Una Rosa creció grande y esbelta,
Dispuesto a embriagar todo con su fragancia,
Cubierto con todas sus hojas,
coronado con un cáliz de sangre oscura,
que se abría graciosamente al sol.
dijo el abuelo con admiración: Yo te creé,
Te hice hermosa con mi talento,
¡Con ustedes otras Rosa …!
Aquí podría terminar el tema,
Por desgracia, mi abuelo quería mostrar al mundo
Para presentar su hermosa Rosa,
Como tengo una razón, prolongaré el hilo.
El abuelo plantó una rosa en el jardín
Por las razones mencionadas anteriormente
En el parque, luego escondido en los arbustos
Empezó a ver el Mundo encantado.
Al principio, ninguno de los transeúntes se fijó en la rosa.
Y estos son los ciegos -se indignó el anciano,
Pero esperó a que la flor se viera
La señora que paseaba con su perro.
Se derritió en su deleite,
Pero su perro, un británico arrugado
Levantó la pierna hacia Rosa en señal de saludo,
Presentó sus respetos y luego salió corriendo.
Antes de que el abuelo pudiera salir de su estupor
De alguna manera el mundo no quiso apreciar a Rosa –
Un grupo de niños pisoteó a Roses
Esta fue la pista de la persecución
Pasaron rápidamente, como un trueno,
Todo lo que quedaba de la rosa era un recuerdo.
Un hombre en un banco cercano
Dijo: La ausencia de esta rosa – para el parque – una ganancia
En fin, maridos y mujeres,
La mayoría de las rosas aquí son sólo hierbas
Tendrías que mirar a través de un montón de estas rosas
Para encontrar una rosa que sea una rosa
Este es el final del cuento, fuera de la bolsa de trivialidades