Prejuicios
Nunca me dio un beso.
Hasta en su ultimo momento, tuvo vergüenza de darme la mano, de acariciar mi piel.
Su orgullo, su educación recibida se lo impidió.
Siempre quiso salir de su cárcel mental, de olvidar sus costumbres familiares, pero nunca tuvo la, suficiente fuerza de voluntad. Y sufrió toda su vida por causa de tradiciones heredadas de generación en generación.
Le hicieron creer que había nacido noble, que era, ya, sin necesidad de demostrar nada, superior al resto de los mortales. Y solo estuvo toda su vida amordazado, ahogado por convenciones sociales creadas artificialmente, como un muro para separarse del resto de los vulgares mortales. Pero nunca fue feliz nunca fue libre.
2 comentarios
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Beto Brom
Triste relato.
Sin felicidad,,,Sin libertad,,,
Muy bueno, amigazo
¡¡FELICES FIESTAS!!
enrique
Gracias por tus comentarios
Felices fiestas, y mejor 2017