La naturaleza fugaz de la vida

La vida es tan efímera que viajamos hacia su final,
Experimentando trozos de un crucigrama que no alcanzamos a entender.
El tono de la emoción dibuja un panorama de un pasado,
al tiempo que nos dirigimos hacia un futuro inesperado.
Los jóvenes un solo lienzo en bruto, sin imaginar lo qué les depara,
sienta las manos de un Pincel lo que llamamos destino.
El fuego del amor tan grande en colores rojos, que laten al interior de los corazones,
negros de sombras toman como forma el olor, que desgarra el alma.
Colores verdes de felicidad y regocijo, pasto verde sin comparación,
la nostalgia, la depresión, la profundidad de los ojos celestes, las lluvias de la tristeza.
Amarillos gritos de una agonía y un sufrimiento que aguantamos.
Los tonos grisáceos de la conciencia y la mentira son un torrente de agua.
Las ansias terrosas y oscuras del deseo,
La pérdida de lo que proviene con la historia, como el metal se oxida.
El cuadro cambia sin cesar a pesar de que el reloj pasa poco a poco,
cobrando diversas apariencias, al igual que el ocaso remplaza al alba.
Observamos un servidor en el espejo en espera de las preguntas que deseamos,
La imagen que evoluciona al ritmo del paso del tiempo, adoptando multitud de figuras, a partir del ocaso que sustituye al Alba.
Los últimos retoques de un cuadro creado con mucho amor,
mientras nos damos cuenta de que el destino es la galería de arriba..
Susana Marín
2 comentarios
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Ingrid Zetterberg
Muy lindo poema metafórico, donde has pintado de diversos colores las distintas fases de la vida, Susana. Te felicito por tu inspiración. Un saludo.
Delia Checa
Poema muy profundo e ingenioso.
¡Mis felicitaciones, Susana!