Aprendizaje

Se acababa de levantar sin ánimos para comenzar un nuevo día. Le parecía que hubieran pasado días del infarto, y ya había pasado casi medio año del suceso, el día anterior le habían dado el alta de su operación de corazón. No estaba muy animada, pues estaba convaleciente, y sentía que su vida ya no iba a ser como lo había sido antes. Se definía como una mujer muy sentimental, podía sentir las personas que le apoyaban y las que no. Entonces la puerta de la habitación se abrió, era su marido que llevaba entre sus manos, una bandeja con un suculento desayuno de bienvenida, María le sonrió, se sentó en la cama y su marido le puso el desayuno en la mesita, ella cogió una tostada que empezó a mojar en una taza de café. Miraba sin ver nada en especial, mientras pensativa seguía saboreando el último trozo de la tostada, como si no quisiera que el desayuno se acabara nunca, su marido la contemplaba, él sabía que ella había tomado una decisión que no pensaba incumplir, María dejó la taza vacía en la bandeja. Se armó de valor, no quería pensarlo más veces, porque de seguro se echaría atrás, se dirigió a hacer lo que había estado pensando tanto tiempo ingresada en el hospital, y sin parpadear, sin emitir palabra, abrió la puerta de la calle, esperó un tiempo prudencial para prepararse, cerró la puerta y salió a la calle, no había duda, estaba consiguiendo salir a la calle sola, por lo tanto, prueba superada.
Miguel su marido, siempre pendiente de María, la seguía a una distancia prudencial, él no quería que se lastimara, y pretendía que su mujer fuera tomando confianza poco a poco. Ya en la calle María sonrió, respiró profundo, se colocó el pelo, lo que parecía ser sencillo para cualquiera, para María resultaba ser una expresión de vida, salir a la calle, confundirse entre la multitud siendo una más, poder liberar sus sentidos en una explosión de júbilo.
En ese instante, fue consciente que estaba viva, que podía hacer algo una vez más.
6 comentarios
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Pedro Glez, L.
Maravillosa y tierna historia Pilar, que a nadie va a dejar indiferente, viniendo de tan ilustrada confidente, sencillez para apreciar lo natural como lo es el Vivir en Paz..
Un Fuerte Abrazo Canario.
Pedro.
Pilar Remartínez
Estimado Pedro:
Sabes mi querido amigo que siempre puedes contar con mi amistad, eres un gran amigo, ademas de ser gran escritor, gracias tu comentario me ha llegado muy dentro.
Feliz inicio de semana.
Besos y abrazos desde este rinconcito de Madrid.
Pilar R..
Beto Brom
Un historia como hay miles semejantes, pero dibujada con tu pluma, ¡estremece!
Gustazo leerte, como siempre, amigaza
Abrazotes te envío…
Carolina Fernandez Redondo
Dulce y tierno microrelato que no me deja indiferente.
Saludos
Pilar Remartínez
Estimado Beto:
Agradezco la cercanía con tu comentario, la generosidad de tus palabras…
Besos y abrazos desde este rinconcito de Madrid.
Pilar R
Pilar Remartínez
Estimada Carolina:
Gracias por pasearte por mis setecientos
Besos y abrazos desde este rinconcito de Madrid.
Pilar R