El amor duele

A aquella chiquilla
—de un pueblo perdido—
de alma gigante, errante, que
sólo vivió, vivió, vivió . . .
y también murió.
Dicen que morir es empezar a vivir . . .
Pero. . . ¿Lo creo?
Héctor
El amor duele
cuando interviene la muerte,
el viento frío de la muerte
comienza a bañar blandamente
la vitalidad de nuestros cuerpos
y, la nieve de tus cabellos
se derramaba triste
en el invierno de tu rostro
cuando estabas tendida.
—Siento frio—
¡Ah, la muerte!
No, no es el viento
¡Ah presentimiento sensación de nada!
Tus lagos verdes, calmos . . .
más que calmos
congelados ojos
el tiempo aprovecho tu cuerpo
lo poseyó, lo machaco, lo destruyó . . .
el tiempo . . . imbécil tiempo . . .
El cántico del viento
al contacto con las casas,
el quejido de las hojas
estremecen mi alma,
la confunden, la abandonan.
Estoy solo
mi alma sola.
¡Qué sensación tan triste el abandono!
vida triste,
triste muerte,
triste,
triste . . . todo.
6 comentarios
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Beto Brom
Deambulé por tus líneas, un gustazo mezclarme entre ellas, poeta.
Shalom amigazo
Héctor
Gracias mi buen Beto.
Pedro Glez, L.
Caramba estimado Héctor, si uno se descuida… hasta se llora, respeto tu lamento, todo parte de sentimiento, más… cuando llega esa hora.
Perfecta la expresión de tus versos. Gracias.
Héctor
Mi buen Pedro:
Gracias por tu comentario y por el destacado. Un saludo.
M.Emilia Fuentes Burgos
Mi querido Maestro Héctor:
Tus letras llegan hondo, tanto, que se siente escalofríos.
El final del invierno de nuestra existencia escrito con maestría, como es tu estilo.
Mil gracias por compartir.
Que tengas un lindo día junto a tu familia.
Un abrazo.
Héctor
Mi querida María Emilia:
Eres muy amable. Gracias. Un abrazo.