DESPIERTA TU NIÑO INTERIOR

Dejarse envejecer
va contra ley divina…
El cuerpo puede cubrirse
de arrugas más no permitas
que estas invadan tu alma…
Despierta tu niño interior,
alborotador y entusiasta,
que tu apatía de adulto
dejó olvidado hace eones.
Solo así tus ojos de luz se llenarán
y la vida se abrirá como una flor…
¡Tómate un recreo!
¡Alégrate, ríe y baila!
Ni siquiera será esencial
poner música,
podrás bailar con aquella
que recorre triunfal
el laberinto de tu sangre…
Sueña y aprende a vivir
el instante desbordante de vida.
A gritar de felicidad,
a confiar y dejarte inundar
de la paz e inocencia del niño…
Dejarás la maldad y de temblar
como azorado chiquillo
cada vez que alguien
te cuestione
(pobre niño herido…).
Conquista el paraíso
y recuerda las luminosas
palabras del Maestro,
“Bienaventurados sean los niños
pues de ellos es el Reino de los Cielos”
Delia Checa
- D. R.
- Mendoza, Argentina
6 comentarios
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Natuka Navarro
Delia, cuánto me alegra verte por aquí. Bello poema, no tendriamos que dejar de ser niños.
Besos
Natuka
Delia Checa
Muy agradecida, Natuka, por tu cálido comentario. Un abrazo
Ana Sáez Valenzuela
Precioso poema a esa niñez que tanto añoramos. me ha gustado mucho.
Ana Sáez Valenzuela
Delia Checa
Muchas gracias, Ana, por tu amable comentario.
M.Emilia Fuentes B.
Delia, la niñez es un tesoro, que bien lo has descrito en tu bella inspiración.
Mi felicitación y gracias por compartir.
Besitos y abrazos.
Emilia.
Delia Checa
Hola M. Emilia! Mil gracias por tu precioso comentario.
Abrazos