Desata nudos, quita aparentes contradicciones
Así es el poeta, el que busca la verdad
en medio de la confusión y el dolor.
El que se inspira en el buen ladrón,
el que reconoce lo real y lo nombra con amor.
¿De dónde saca el poeta el modelo para su lenguaje?
¿De quién aprende a hablar de Dios?
No de los libros ni de los sabios,
sino de la vida y de su propia voz.
El nudo misterioso de la portada
es un símbolo de su búsqueda y su fe.
No quiere caer en la inercia o el didactismo,
sino expresar lo que siente y ve.
Sofia Pérez