Dejemos que tus ojos


Tan puros y hermosos de inocencia
Que mis ojos sean azules,
Porque necesito ver en los ojos del niño
Un reflejo de los propios cielos.
La dulce y serena visión de tu alegre sencillez
Calma para un solo día
Esas tormentas de fuego que me liberan para la presa
Por las torturas de quien ama.
Escapar de estos vientos huracanados,
Niño, cuando vienen;
Porque una tormenta así se recuerda durante mucho tiempo
La huella en la frente.
Retorcer el cuello de tu madre… Sus dos brazos fallidos;
Los brazos de una madre siempre están listos, cuando la tierra
No tiene nuestros pasos temblorosos.
Una madre, como ves, es la única mujer
Que debemos amar siempre,
Que el cielo ha puesto suficiente amor en su alma
Para cada uno de nuestros días.
Con las dulces melodías de su suave voz
e Duerme tranquilo, La niña amaba a su madre y a su hijo,
La niña amaba a su madre, la amaba sin aprender
Que amamos de otra manera.
¡Amor! triste palabra, insultante ironía
Para el que vive una mañana,
Una palabra fatal, que no tiene eco en esta vida.
¡Sólo amargura y desprecio!
Oh! elige una mujer y crea alrededor de ella
Empujadas por un viento.
Susana Marín
1 Comentario
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Natuka Navarro
Un placer verte por aquí
querida amiga
Bellas letras salen
de tu alma
Abrazos
Natuka