DE LAS CIUDADES

¡Qué crueles son las ciudades!
Sucesión de simétricos edificios,
témpanos infernales,
devoradoras del Hombre y sus sueños…
Oficinas, papeles, contratos, números…
Ascensores que llenan el aire
con su ronco sonido metálico
mientras recorren su nervadura vertical…
¡Qué crueles son las ciudades!
Olor a aceite quemado,
escozor en los ojos
por envenenado aire,
chirriar de motores…
Sonámbula andadura
de un rebaño humano
de ojos ausentes
¡Urgido por llegar
a ninguna parte!
¡Qué crueles que son las ciudades!
Un niño de vacía mirada
se refugia en un lampiño jardín,
húmedo y frío jergón…
Pasan a su vera seres
ignorantes de su helada soledad…
¡En un charco putrefacto se espeja
avergonzada la luna,
tenue fantasma entre
nubes desgarradas!
Delia Checa
D.R.