Confesión de un masón grado 33

Don Amiano Compostizo, Muy Respetable Gran Maestro de la Benemérita Centenaria Gran Logia de Torreón, a pesar de los tratamientos con transfusiones seguía muy grave. La evolución de su enfermedad había sido muy rápida y tenía a los médicos, hermanos de la logia, estupefactos.
En su lecho de agonía don Amiano le habló a su esposa doña Isolina: “Antes de irme quiero hacerte una sincera confesión: Te fui infiel con tu mejor amiga”. “Ya lo sabía —respondió ella enjugándose una lágrima—. ¿Por qué crees que compré veneno para ratas?”
7 comentarios
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Pilar Remartínez
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Héctor
Mi querida Pilar:
Eres muy amable. Gracias.
Delia Checa
¡¡¡¡Jajajajaja!!!!!! ¡¡Muy bueno, Héctor!!
Carmen Hernando
¡Vaya final! Algo así podía suceder.
Muchos besos
Campanilla
Héctor
Mi querida Delia:
Es un verdadero honor tenerte en mis letras. Gracias. Un abrazo.
Héctor
Mi querida Carmen:
“Campanilla”, ¿es tu pseudónimo con que escribes? Gracias por tu comentario. Un abrazo.
Terencio Luque García
Esto les tendría que pasar a todos los maridos infieles. Muy bun cuento Héctor.