Esta web utiliza cookies, puedes ver nuestra la POLITICA DE COOKIES, , o
Política de cookies
Club literario Cerca de ti


Club literario El rincón del caminante

CENICIENTA

Sonaban ya las doce campanadas que anuncian

que el hechizo se rompe y que debe seguir,

su corazón da un vuelco, no quería que el príncipe,

ahí la viera andrajosa… y tenía que huir.

——

Cenicienta se escapa de esta fiesta lujosa,

corriendo la escalera es que se dobla un pie.

Y fue en esa carrera que el zapato se atasca,

y es que debe dejarlo aunque fuera un traspié.

——

En el camino pierde, no sólo su zapato,

también su gran vestido, su lacayo y carroza,

y vuelve hasta su casa vestida de harapienta

pero vuelve dichosa.

——

Es que pasó una noche de lo más excitante

fue el centro de miradas de todos los que estaban.

Pero fue lo mejor. Sintió que disfrutaba

ver a sus hermanastras celosas y enojadas.

——

Jamás imaginaron que esa muchacha bella

era ni más ni menos su hermana Cenicienta,

porque le habían dejado tareas y mandados

y que debía cumplirlos, callada…esa harapienta.

——

Y luego se enteraron que el Príncipe buscaba

a esa chica enigmática con la que había bailado.

Y que él la buscaba probando ese zapato

a todas las mujeres de todo ese ducado.

——

Cuán grande la sorpresa ver que también probaban,

a su hermana olvidada…esa… la desdichada.

El zapato que a todas les quedaba apretado…

o flojo…porque nadie todavía le calzaba. 

——

Y lo más sorprendente fue que le quedó justo,

le calzó como un guante, y le quedó muy bien.

Ella mira el bolsillo y busca con sus manos,

y saca de esa mugre, el zapato del otro pie.

——

Las hermanastras gritan y dicen que no es justo,

no puede ser que es ella, que habrá una confusión.

Y el príncipe les dice con voz muy melodiosa:

-Ya no digan más nada, no pongan más tensión.

——

Y la lleva en carruaje a su nueva morada

anuncia en unos días habrá celebración

El casamiento de ellos será una fiesta enorme

donde invitan a todo el pueblo, menos yo.

——

Y así fueron felices y comieron perdices,

y a mí me convidaron… pues todavía no quise.

Y así es toda la historia de esa muchacha joven

que sin ser mandaparte a todos dio lección

No puede ya juzgarse por lujos o por cosas, 

por lo que tiene o lleva, sino, por su interior.

——

Pues cada una de ellas, es como un gran perfume

de distintas fragancias, formas y condición…

Y lo que es importante, y eso es lo que perdura…

es lo que lleva adentro, y es… su fragancia pura.

Deja un comentario