ÁRBOLES ANTE EL VIENTO

Rugido de viento,
desmesurado…
con fuerza sacude
mole viviente,
convulsa y verdinegra,
de árboles que se vuelcan
y vuelven una sola masa.
Golpeados por aquel;
aúllan, se retuercen, doblan
y yerguen nuevamente
con gran estruendo.
Ante el látigo del viento,
suplican e intentan
desarraigarse y huir…
¡Tremendo dolor de raíces
-aferradas a la tierra
con desesperación-
y ramas rotas!
¡Feroz obstinación
de árboles tenaces!
Si echaran a andar
cual guerreros,
destruirían todo a su paso..
Imbuidos de paciencia infinita,
aprendieron el arte
de mantenerse imperturbables
ante la violencia de los elementos…
-hermosa lección para humanos-.
Se estiran, llenos de pereza,
despiertan de un sueño milenario
en un paraíso petrificado…
Protagonistas de este drama…
¡lo asumen con todo el coraje
de su heroísmo vegetal!
Delia Checa
D. R.