A UNA PROSTITUTA

Carne lacerada,
raudal de llanto.
Habitante de la noche,
flor nocturna
iluminada con luz de luna.
La desesperación con los látigos
de la miseria y el hambre
te empujaron a ese no vivir
en el que te codeas, día a día,
con la muerte.
Traficantes con corazón de roca
explotan tu entraña
que para misiones sagradas
fue creada.
Cortesana del sexo…
¡cuántas noches de jergón maldito
y placer para otros
mientras tú mascullas amargura!
Delia Checa
de mi libro “Perfiles de Mujer”
Mendoza (Argentina)
2015
2 comentarios
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Pedro Glez, L.
Gracias Delia por resaltar lo trabajoso que le resulta a la prostituta su labor, si las quitasen… sería peor, son la falsa ilusión del amor, más bien esperanza a la satisfacción, así dejen tranquilas a sus seres queridos, vicio, aunque con Sarna no pica.
Saludos.
Delia Checa
Es un trabajo indigno,
una forma más de violencia de género.
Una manera de explotación que subsiste
en este siglo XXI que se cree muy evolucionado.
Gracias por leerme y dejar tu comentario.